«Colombia es paz, deporte y amor»: Nairo Quintana
Hace casi tres décadas, el mundo del ciclismo quedaba postrado a los pies de un colombiano. Se trataba de Luis Alberto Herrera Herrera, más conocido como «Lucho» Herrera. El nacido en Fusagasugá, Cundinamarca, el 4 de mayo de 1961, ganaba para su país la primera Vuelta a España en 1987, uno de los eventos ciclísticos de mayor importancia a nivel mundial.
www.contrastes.co“El Jardinerito de Fusagasugá” apodo que tenía por su profesión antes de dedicarse al ciclismo, fue uno de los deportistas más aclamados por victorias a lo largo del territorio nacional.
En su haber cuenta con más de treinta victorias y participación en diferentes competencias como el Tour de Francia y el Giro de Italia. Siendo catalogado como uno de los mejores escaladores de todos los tiempos.
Esta herencia la recogió otro colombiano. Se trata de Nairo Quintana o “Nairoman” como lo llaman los periodistas que narran cada heroica del pedalista.
Empezó su recorrido a la edad de 15 años cuando decidió usar la bicicleta que le regaló su padre para ir al colegio. Desde ahí empezó la constante lucha en lo físico y personal.
Criado en el seno de una familia campesina, sabe de cerca la problemática de la guerra en su Colombia adorada ya que el campo es uno de los focos de conflictos armados en el país.
Por eso, cuando ganó la Vuelta a España, al igual que Herrera, décadas atrás, el Boyacense dedicó su triunfo con unas emotivas palabras.
«Que el mundo entero sepa que nuestro país es paz, es deporte, es amor», dijo durante el discurso en la ceremonia de premiación en Madrid.
Ahora el colombiano va por más. Quedaron atrás los rutilantes triunfos en el Giro de Italia y Vuelta a España. La próxima meta será el Tour de Francia, la cual ya estuvo dos veces subcampeón, detrás del inglés Chris Froome.
Esto demuestra el sentido de pertenencia de los deportistas más representativos. El compromiso con un país en paz. No importa las dificultades y obstáculos, como aquella herida física que sufrió “Lucho”, en donde su rostro se manchaba de sangre, no fue motivo para rendirse aquella tarde del triunfo en una de las etapas de la ronda «gala».
Así mismo, tampoco “Nairoman” después de cruzar primero la competencia Ibérica, en un constante ambiente de guerra que vive su país, se acordó de lo importante que es para él, jugársela por la PAZ.