La mayoría de los niños e incluso algunos adultos, tienen la costumbre de meterse el dedo a la nariz y sumando a eso ingerir lo que se sacan de ella.
Si bien esto es algo que puede verse bastante desagradable e incluso perjudicial, el especialista en neumología Friedrich Bischinger sugiere que puede ser beneficioso hacerlo, tal y como explica Ken Jennings en su libro Manual para padres quisquillosos:
«Él recomienda a sus pacientes hurgarse la nariz, sobre la base de que el dedo llega a sitios inaccesibles al pañuelo y la nariz queda mucho más limpia. ¿Y qué hay de comerse la prueba del delito? ¡Pues mejor aún! Para el sistema inmune, la nariz es un filtro en el que se recoge gran cantidad de bacterias, y cuando esa mezcla llega a los intestinos, actúa igual que un medicamento. La medicina moderna intenta constantemente lograr lo mismo a través de métodos mucho más complejos. La gente que se hurga la nariz y se come los mocos obtiene una dosis natural de su sistema inmune. Y es gratis”.
“Según el Manual de Diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, la mucofagia es un trastorno conductual o de comportamiento que no llega a ser considerado una patología, quedando fuera de los trastornos de alimentación y de los tipos de Trastornos Obesivo-Compulsivos”.
“En cualquier caso, comerse los mocos no representa ningún problema para la salud. El moco está compuesto en un 95 por ciento por agua, un tres por ciento de elementos orgánicos y dos por ciento de minerales. Como elementos orgánicos, el moco está formado por numerosas proteínas, en particular mucina, albúmina, encimas y aminoácidos. La albúmina es la principal proteína plasmática que se encuentra en el moco”.
Fuente del articulo: xatakaciencia.com