Cerca de 400 familias indígenas Senú, establecidas en Caucasia, Antioquia, están en riesgo inminente de desplazamiento forzado.
La Organización Indígena de Antioquia asegura que este jueves se registró un enfrentamiento entre grupos ilegales que obligaría al desplazamiento.
La comunidad indígena, ubicada en el corregimiento El Pando, quedó en medio del fuego cruzado de quienes se disputan el territorio.
Los niños salían del colegio a esa hora y estuvieron expuestos a las balas disparadas por fusiles de hombres del Eln y el ‘Clan del Golfo’.
Estos actores armados, según denunció la OIA, sostienen una guerra por el control de las economías ilegales provenientes del narcotráfico.
El Consejo de Gobierno Mayor de la OIA constató que un grupo armado recorrió la región cobrando extorsión a propietarios de inmuebles.
Principalmente, los dueños de ganado fueron los más afectados con el cobro de esa “vacuna”.
“Repudiamos y condenamos con vehemencia estos actos violentos y pedimos al Estado medidas de protección”, exigió la OIA en un comunicado.
“Lamentamos como defensores de derechos humanos que esas disputas no respeten la vida de campesinos, afros e indígenas”, añade el escrito.
Estas personas, según la OIA, son ajenas al conflicto y lo que buscan es “sobrevivir en su mayoría de la agricultura”.
La lucha por dominar negocios ilícitos en la zona, según el Consejo Mayor, “genera riesgo y afectaciones humanitarias como el desplazamiento”.
Confinamiento, reclutamiento forzado y estigmatización a líderes indígenas
Están cansados, dicen, de la “guerra, del confinamiento, del trabajo forzoso, de las amenazas e intimidaciones”.
Finalmente, hicieron un llamado para que sea respetada la vida y el proceso organizativo de las comunidades indígenas Senú del Bajo Cauca.
Cabe recordar que entre el 19 y el 22 de enero pasado fueron desplazadas 386 personas de la zona rural al casco urbano de Cáceres.
Los afectados residen en las veredas Tamaná, Ponciano, Campanario y El Tigre, quienes siguen en albergues temporales.