Hablar de espiritualidad con los hijos, no es solo hablar de la religión que se quiera profesar, a qué Dios amar y que creencias religiosas aceptar. Hablar de espiritualidad con los más pequeños de la casa, es tratar temas del ser y el hacer de los seres humanos, de los proyectos de vida que se tienen y del cómo orientarlos para que tomen el mejor camino en sus vidas.
www.eluniversal.com.coPara hablar con este tema con los hijos no se tiene que ser un profesional o haber cursado una maestría. La espiritualidad es la dimensión profunda de la realidad y está relacionada a las creencias que le da sentido a la existencia de las personas, los valores que rigen nuestras acciones y que tanto los respetamos y estamos en conexión con ellos.
El mundo en el que vivimos, contaminado por la inmediatez y el materialismo debe ser suficiente razón para que los padres fomenten y estimulen en los niños una base espiritual orientada en la convivencia, el amor hacia sí mismos y el sentido de trascendencia, es decir, ser el ejemplo a seguir para los hijos.
Al proyectar la visión de la existencia y el propósito que se tiene como humanos, se emiten señales ininterrumpidas al sub-consciente de los niños que son captadas por ellos y posteriormente forma parte de su propio sistema de creencias y de su estado del ser y del hacer.
Hablar con los hijos de sus gustos, leer temas que compartan ambos, demostrar el amor que se sienten por ellos, indagar sobre sus propias creencias o ver una simple película o programa de televisión con ellos, hace parte muy importante de esa formación espiritual y de vida que se quiere y que empieza desde los padres y no en las aulas escolares.