¡Mira al cielo! No es una astróloga, tampoco es súper man, aunque se le parece, es Ana María Pérez Estrada, la segunda mujer astrónoma de Colombia egresada en 2016 del pregrado de Astronomía de la Universidad de Antioquia, el único en el país y de los pocos en Latinoamérica. Con tan sólo 24 años Ana María ya es docente de cátedra en su Alma Máter en las materias Fundamentación en Ciencias y Taller de Astrofísica Estelar y próximamente, Astronomía para Todos en la sede de Rionegro de la Universidad. Su sueño a corto plazo es cruzar 3517.2 km por aire hasta Nashville, Estados Unidos, para ver por primera vez en su vida el histórico eclipse total de sol que lleva cerca de 26 años sin ocurrir, después de que en 1991, cuando ella estaba apenas en el vientre de su madre, aconteciera este exclusivo fenómeno de la naturaleza y sólo en Hawai pudiera verse completo.
Te preguntarás qué motiva a una persona a estudiar astronomía, ¿no? Pues bien, Pérez Estrada quien además toca el piano con una delicadeza envidiable, cuenta que aunque en el colegio tenía claro que disfrutaba de las matemáticas y la física y quería estudiar algo relacionado con eso, no la convencía ninguna carrera, hasta que preciso, en 2009, cuando estaba a meses de terminar su bachillerato, apareció el pregrado de Astronomía de la UdeA como una iluminación divina. “Yo me soñaba con ser una científica muy tesa y en ese momento me imaginaba estudiando en las universidades más prestigiosas del mundo, en particular en Cambridge. Mis papás y amigos siempre me apoyaron, no me juzgaron ni me preguntaron de qué iba a vivir. Digamos que confiaron en que me iba a ir bien”, recuerda entre risas. Y así fue.
Sin duda, los frutos del esfuerzo ahora, un año después de terminar su carrera, se están viendo recompensados pues como asegura, hay más trabajo que nunca para los astrónomos en un país como Colombia en el que la materia apenas está en pañales en relación con otras naciones como Estados Unidos o Rusia, que nos llevan años luz. La carrera de Astronomía arrancó en Colombia un lunes 19 de Octubre de 2009 con una corte de 43 estudiantes, uñas, sudor y sonrisas, de los cuales han egresado cerca de 12 en la actualidad. Ana María es una mujer apasionada, amante de las pastas y los viajes, cuyos héroes y heroínas son científicos como Marie Curie o Albert Einstein del cual adora que “tocaba el violín, era pacifista, extremadamente curioso y decidido a entender cómo funciona el mundo, con pasión por el conocimiento y que creía mucho en sí mismo, además de ser un verraco por crear teorías revolucionarias en medio de dos guerras mundiales y siendo judío”.
Durante su carrera tuvo la posibilidad de conocer algunos centros de observación como el Observatorio Las Campanas y Cerro Tololo en Chile, al igual que operar el Observatório do Pico dos Dias en Brazil y vivir México por unos meses, el cual a su criterio es uno de los países que tiene más desarrollada la astronomía pues cuenta con múltiples institutos, observatorios y hacen mucha investigación. Dentro de sus proyecciones se encuentra especializarse en divulgación científica y astrobiología, que además de ser muy interesante es un boom actualmente dado el descubrimiento de exoplanetas y la creciente oportunidad de viajes espaciales.
¿Qué si cree que los humanos tendremos que mudarnos a otro plantea? Pues sí, definitivamente lo cree. En sus palabras “eventualmente tendremos que dejar la Tierra si es que antes no acabemos con ella o mejor dicho, si no acaba con nosotros con merecida culpa: el calentamiento global realmente esta grave y si las temperaturas siguen aumentando no nos van a dejar vivir acá, tampoco sabemos en qué momento la actividad solar puede llegar a afectar a la humanidad”, dada su injerencia en las telecomunicaciones, en particular. Ana María, quien además disfruta del avistamiento de aves, está convencida de que existe vida en otros planetas aunque no precisamente tan desarrollada como nos lo muestran en las películas, porque es difícil que se junten las mismas condiciones para generar la vida como la que conocemos, sino como una suerte de bacterias que habitan no solo exoplanetas sino lunas de nuestro sistema solar, como Europa, de Júpiter, que podría tener dos veces más agua líquida que la que hay en todos los océanos de la Tierra, de acuerdo a la BBC. “En general, digamos que entre los científicos tenemos fe de que haya vida en otros lugares del Universo y vale la pena la búsqueda”, sintetiza la astrónoma Pérez Estrada.
A la pregunta, qué le diría a los nuevos aspirantes de astronomía de Colombia, Ana Pérez responde entre risas: “La bendición”. Reconoce que es una carrera exigente pero gratificante y recomienda a los futuros astrónomos que la pasión y la dedicación son tan necesarias como ser realistas sobre el quehacer de un científico, es decir, qué y cómo trabaja, pues muchos se dan cuenta tal vez muy tarde y quizá no sea lo que tengan en mente para su vida. A diferencia de los mitos populares, esta astrónoma con cinco tatuajes que hablan de su personalidad: las teclas de un piano, la hoja de arce, una flor, la constelación del escorpión y la frase del Principito “L’essentiel est invisible pour les yeux”, no tiene el sueño de ser astronauta o trabajar en la NASA sino que disfruta de sus triunfos cotidianos compartiendo el conocimiento con nosotros los mortales, pues cree ciegamente en que la astronomía permite a las personas responder una pregunta existencial esencial ¿cuál es mi lugar en el universo? y ante todo, “conocer y predecir eventos astronómicos que pueden afectar considerablemente la vida en la Tierra, como impactos de meteoritos o alta actividad solar, y también estudiar el origen de la vida (tanto aquí como en otros planetas) y los posibles destinos de nuestro planeta y de la humanidad”.