Hasta 1990 la telefonía colombiana siempre estuvo a cargo en totalidad del estado a través de diversas empresas municipales y de la empresa nacional Telecom.
En 1994 empezaron a operar las redes de telefonía celular a través de seis empresas divididas en tres zonas de cobertura. En cada una funcionaba una empresa privada y una mixta (capital privado y público, con la participación de las empresas de telefonía fija). Pronto estas empresas empezaron a fusionarse con el ingreso de capital privado para llegar a solo dos empresas de cobertura nacional: Claro antes Comcel (controlada por América Móvil) y Telefónica (con su marca Movistar; anteriormente BellSouth).
La liberalización de las telecomunicaciones permitió, también, que algunas empresas locales como la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB) y Empresas Públicas de Medellín (EPM) pudieran prestar servicios de larga distancia nacional e internacional a través de sus marcas 007 Mundo y Orbitel, así como Telecom y EPM entraron a ofrecer el servicio de telefonía local en la ciudad de Bogotá (bajo los nombres de Capitel y EPM Bogotá, respectivamente).
Todo este avance se vio evidenciado es los cambios constantes de números telefónicos tanto fijos como móviles, pues anteriormente, las empresas de telefonía ubicaban las líneas de acuerdo al sector, por ejemplo, si usted vivía en determinado barrio, la gente lo sabía porque su número fijo empezaba con (286 – 337 – 371…).
Ahora, las empresas han tomado indicativos más generalizados para las ciudades al igual que lo hacen los empresas de telefonía móvil que tienen que ir pasando de un indicativo a otro por la cantidad de líneas que se alcanzan, un ejemplo es Claro (antes Comcel) que comenzó con el “310” y ya va en el “323”.
Es todo un fenómeno de cambio y avance que desde casa solo lo observamos por un cambio de indicativo, pero que tecnológicamente a nivel del mundo, nos posiciona como un país que día a día alcanza mayor cobertura.