30 o 31 días, esa es la cantidad de días que tienen todos los meses del año.
Bueno, no todos, existe febrero, el diferente, el que solo tiene 28 y cuando el año es bisiesto tiene 29.
¿Historia o fábula?
Si vamos a los libros de historia, expertos en la materia culpan a Octavio Augusto.
Según la leyenda, este decidió que el sexto mes del año se llamase Augustus (agosto).
La decisión la tomó por vanidad, porque se dice que su antecesor, Julio César, le puso Július al entonces quinto mes del año.
En esa lógica, Octavio decidió quitarle un día al mes de febrero para que agosto tuviese la misma cantidad que julio.
Ahora bien, esto es solo un rumor, ya que no existen pruebas sobre tal mito.
¿Qué dice nuestro calendario gregoriano?
El primer hombre en la historia fue inventado por el romano Rómulo.
La división de los meses creada por el fundador de Roma constaba de diez meses.
El año empezaba en marzo y terminaba en diciembre, teniendo el año un total de 304 días.
Esto quiere decir que sobraban 61 días, exactamente los días de invierno.
Dicho fenómeno obedecía al sistema de producción romano, que era en gran proporción agrícola.
Numa Pompilio
Durante su gobernanza añadió dos meses y de este modo el calendario sumó un total de doce.
Sin embargo, la distribución de los días aún no tenía concordancia con el calendario solar de los 365 días.
Julio César
Cuando este emperador asumió el trono romano, se percató del error cometido por Rómulo y por Pompilio.
Por tal motivo y por sugerencia de un sabio, decidió repartir los días faltantes entre los meses existentes.
De este modo, los meses pasaron de tener 28 y 29 días a 30 y 31.
Febrero al ser el último mes que se incluyó, quedó con solo 28 días.
Dato importante
Para el reajuste del calendario, el primer año de la reforma tuvo que durar 445 días.
Año bisiesto
Cada cuatro años, una vuelta al sol dura un día más, por lo que la reforma de Julio César aún tenía una fisura.
Quien logró determinar la falla y organizarla fue precisamente Octavio Augusto.