Japón es una isla de 130 millones de habitantes, en una superficie 5 veces menor que Colombia. Esta isla no tiene oro, café, esmeraldas, flores, petróleo, frutas exóticas, variedad de alimentos. NA-DA. Es un país que después de conocer la destrucción de la guerra, aprendió que el recurso más importante, es su gente.
La persona que dice esto, sostiene que en Japón la inteligencia no importa. Ellos no se inventaron nada, solo se dedicaron a imitar y mejorar todo lo que ya existía con nada más que disciplina, esa virtud que está en cada detalle de la vida de un japonés. Por eso, son la segunda economía más grande del mundo, dueños de Hitachi, Toyota, Suzuki, Kawasaki, Honda, Sony, etc.
Todo esto, lo dijo Yokoi Kenji, un emprendedor colombo-japonés que hace unos años causó gran impacto a nivel nacional. Se encontraba dando un discurso mientras era galardonado como uno de los 10 jóvenes colombianos más destacados del país. Con sus ojos rasgados y la visión que le ha dado el vivir entre dos culturas diametralmente opuestas, nos ofrece una perspectiva completamente diferente, optimista y alentadora sobre nuestro país y nuestra gente.
Este hombre, que ha vivido gran parte de su vida tanto en Japón como en Colombia -y siendo amante de ambas culturas-, nos explica la razón por la que los japoneses, a pesar de tener poco espacio, muy pocos recursos y en general pocas probabilidades de ser prósperos, lo son:
De manera conclusiva, Yokoi Kenji; nos comparte su sabiduría y nos invita a valorar todos los recursos físicos, intelectuales y emocionales que tenemos los colombianos para ser no solo más inteligentes, sino también, más ricos de lo que ya somos como país. Nos invita a creer en nosotros mismos.
Mira uno de sus discursos aquí y reflexiona: ¿Es Colombia un país pobre? ¿Es Colombia un país violento?
Conozcamos nuestro gran potencial y a cultivemos la disciplina para parecernos un poco más a ellos, en todo eso que los hace un país grande.
Sobre la disciplina:
«La disciplina es el resultado de tres factores:
1) Organización: Un japonés siempre encuentra las llaves porque tiene un lugar para las llaves. Los latinos maldecimos las llaves porque no las encontramos. Designe un lugar para cada cosa.
2) Limpieza: Limpieza es igual a eliminar. Se puede ser limpio y no organizado. Se puede ser organizado y no limpio. En un país donde se valora tanto el espacio, la gente no se aferra a las pertenencias, la gente es capaz de desprenderse de aquello que no utiliza. Esto es indispensable para cambiar la mentalidad de pobreza que colectivamente nos lleva a mantenernos pobres físicamente. Adicionalmente, es esencial para cultivar la disciplina.
3) Puntualidad: Un japonés no entiende si le dices: ‘espéreme que en un segundo llego’, ‘ya le caigo’. No entiende mucho el doble sentido. Un japonés se toma muy en serio el compromiso y siempre cumple, sea como sea.»