El corazón de los seres humanos parece que tiene más lugar para los perros que para ellos mismos: así lo estableció una investigación que se enfocó en la solidaridad de las personas con el «mejor amigo del hombre».
El detallado estudio de Northeastern University en Boston, llegó a esa conclusión luego de varias investigaciones sociales a las que fueron sometidos varias personas.
La muestra para la prueba constaba de 240 hombres y mujeres de entre 18 y 25 años, a quienes le solicitaron leer noticias ficticias sobre el sufrimiento de un niño, un adulto de 30 años, un menor de 6 años, un cachorro y un perro de edad avanzada.
En ese contexto, las personas mostraron mayor indignación sobre el sufrimiento de los perros, seguido por los niños y en último lugar la persona adulta.
«El hecho de que las víctimas de crímenes en adultos reciban menos empatía que las víctimas de perros adultos, niños y cachorros sugiere que los perros adultos son considerados dependientes y vulnerables, como sus homólogos caninos y niños pequeños», dijo el profesor de la Universidad y coautor del estudio, Jack Levin.
«Además, parece que los humanos adultos son vistos como capaces de protegerse a sí mismos, mientras que los perros adultos son vistos como cachorros más grandes. Estos son animales [incluidos los gatos] a los que muchas personas atribuyen las características humanas», sostuvo Levin, en declaraciones recogidas por Unilad.
«Hay una verdad universal, no escrita pero más que probada: si vives con animales, ríes más.»
¿Y cómo no quererlos?
Los perros son compañeros ideales para combatir la soledad y son un ejemplo de amor incondicional. No juzgan, no expresan ideas innecesarias, dan amor y en retribución no piden nada más que una caricias y un poco de comida. Si les da su tiempo, ellos le devuelven satisfacción. Si les enseña, ellos aprenden. Si usted los necesita, ellos están ahí. Es difícil admitirlo, pero pocas personas saben dar sin recibir, saben escuchar y callar. Además, un perro sabe mejor que nadie dar amor y muchas risas:
Esta perra Husky sabe decirle a sus dueños que los ama:
Esta niña es el ejemplo perfecto de lo que en el fondo, un ser humano es capaz de sentir por su amigo de cuatro patas:
La dueña de estos dos labradores los convence de confesar quién se robó la galleta del mesón… y uno de ellos es un «sapo» (soplón):
Este perro es genial solo por existir:
Por último, no deje de ver estos perros que fallaron en su única misión de SER PERROS: