La Sierra Nevada de Santa Marta es el sistema montañoso litoral más alto del planeta; ubicado al norte de Colombia que constituye por sí mismo un sistema aislado de los Andes, sobre la costa Caribe de Colombia, se eleva abruptamente desde las costas del Mar Caribe hasta alcanzar una altura de 5.775 metros en sus picos nevados.
La sierra fue escenario histórico de pueblos qué alcanzaron un gran desarrollo y esplendor; antes de desaparecer bajo la conquista, dejaron en sus faldas una profunda huella, que sus descendientes, hoy día, reclaman proteger.
Según un informe entregado por la Actividad Cultural del Banco de la República, “se trata de la intrincada red de caminos en piedra que unía la costa con las alturas y cada una de sus laderas entre sí y atravesaba numerosos poblados de diversas magnitudes. Algunos de ellos fueron construidos imponentemente sobre los filos pendientes y las laderas escarpadas, y con la contención lograda por numerosas terrazas de muros de piedra, lograron habitar maravillosamente zonas inhóspitas. En estas terrazas de habitación enterraron sus muertos acompañados por un rico ajuar de piedras orfebres, piedras talladas y cerámicas finas”.
“Debido a esta riqueza y con la colonización de tierras nuevas, paulatinamente el pasado ha ido desapareciendo, desde la conquista hasta nuestros días. Con la idea de preservar una muestra de esta obra de ingeniería y de arte, se han reconstruido dos de estos núcleos urbanos en zonas actualmente deshabitadas. Uno de ellos es «Pueblito», localizado en el Parque Tayrona a una altura de 250 msnm, y otro es «Ciudad Perdida» en el alto río Buritaca, a una altura de 1200 msnm. Este último se encuentra rodeado de bosques. Continúa siendo un templo de la antigüedad tristemente asediado por todos sus flancos”.
Dentro de la sierra habitan cuatro grupos originarios del macizo: Kogi, Sánha, Kankuama e Ika, cada uno con su propio territorio y su lengua; pertenecientes todos a la familia lingüística Chibcha.
“El poblamiento de los grupos serranos es característico y comprende tres tipos o unidades de asentamiento: un poblamiento disperso compuesto por las parcelas; uno nucleado: los poblados, y un tercero que son los centros ceremoniales; comunicados entre sí por una intrincada red de caminos que superan la barrera de los ríos por sólidos puentes construidos con madera, bejucos y piedras”.
“Si bien los grupos de la Sierra Nevada son parte de una misma filosofía y tradición, el proceso de contacto con la sociedad nacional a lo largo de su historia, los ha diferenciado hasta el punto de encontrarse hoy en día situaciones muy diversas.
El grupo con menos contacto y que conserva en mayor medida sus tradiciones, es el Kogi. Han sido reacios al tipo de salud brindado por la sociedad nacional, pero acuden a los puestos de salud. ‘También se han negado a la instalación de escuelas en su territorio, pero asisten a las que hay en el río Ancho. A pesar de construir iglesias católicas en sus poblados, la catequización desde la época de la conquista hasta hoy, ha sido imposible. Aunque asumen ante ello una actitud aparentemente pasiva, son ágiles en ocultar sus centros ceremoniales al visitante y guardar celosamente su parafernalia ritual”.
Es complicado que dichas culturas se adapten a las culturas actuales y más si se sienten amenazados, esa es entonces la idea, aceptar que tienen sus costumbres y tratar de ingresar solo con el fin de brindar ayudas pertinentes, ya que tienen todo un estilo de vida y una filosofía arraigada a sus antecesores.