La costa Pacífica es una de las regiones más húmedas del planeta: llueve más de 10.000 mm³ por año. Un poco al norte, en la Serranía del Baudó, el océano se va tierra adentro, formando ensenadas y bahías con acceso a una selva absolutamente diversa. El sur, plano y dibujado por ríos caudalosos, se caracteriza playas y manglares.
Allí, las yubartas, también conocidas como ballenas jorobadas; alcanzan las costas del pacífico colombiano entre los meses de julio y noviembre. Es un viaje de 8.500 kilómetros que da comienzo en la Antártida.
En sitios como el Parque Nacional Gorgona, se pueden ver colas, aletas e incluso cuerpos enteros de hasta 18 metros de largo, cuando estos majestuosos gigantes saltan del agua. Para llegar a este lugar, se viaja una hora y media en lancha partiendo de Guapi.
El avistamiento de ballenas es una razón para visitar el Pacífico de nuestro territorio -sin duda-, pero no es la única. Lugares como Nuquí y Bahía Solano ofrecen por sí mismos un espectáculo inigualable de playas vírgenes, paisajes naturales y diversidad.
Colombia, siempre generosa, una vez más ofrece un plan único en la vida: el avistamiento de ballenas jorobadas en nuestras tibias aguas, emitiendo sus delicadas sinfonías como parte de su proceso de apareamiento.