Una de las innumerables curiosidades de la India, es que las ratas tienen su propio templo. Se trata de Karni Mata, un lugar donde viven miles de roedores, se alimentan en medio de la gente y es un atractivo turístico donde solo se puede entrar con los pies completamente descubiertos, ya se imaginará lo limpios que salen en medio de las heces, los orines y el desorden de estos animales peludos.
Al parecer el templo, donde una de las mayores atracciones es «a la rata blanca», montó sucursal en Belén, gracias a Conrado Patiño Herrera, un soldador de 65 años que se intentó suicidar 2 veces con veneno de ratas, y como no le pasó nada, ahora se autoproclama “el salvador de estos animalitos de Dios”.
Los vecinos se quejan, se las envenenan, ponen denuncias y se preocupan porque van a sus casas a buscar más comida, pero el “Domador de Ratas” sigue defendiéndolas, les da unos 8 mil pesos en comida diario y medio las espanta cuando le pasan por los pies mientras duerme, o se pasean por la cocina cuando prepara el café.
Algunos de sus vecinos aseguran que hay más de 100 roedores que viven en medio de la chatarra, el desorden y el descuido de la casa grande al lado de una zona residencial, mientras que su cuidador asegura que solo le duelen los pies por la circulación, pero no siente nada de enfermedades que le hubieran transmitido las ratas.
Mientras que los vecinos se siguen quejando, Conrado continúa al cuidado de sus roedores, esperando que, como pasa en el templo de la India, su fachada sea en mármol y las puertas de plata.