No solo las madres guardan un amor intenso en su corazón por sus hijos, los padres también tienen la capacidad de cumplir a cabalidad con la labor de una madre y en muchas ocasiones mejor.
Ese es el caso de Nick Rose, un padre soltero que ha dado la vida por su pequeño Logan.
La madre del menor se marchó y lo dejó solo con la responsabilidad de formar y educar al pequeño Logan para que fuese una persona de bien para la sociedad.
Desde entonces Rose se dedicó a brindarle amor y lo mejor posible que estuviera a su alcance a su hijo.
Nick, oriundo dela ciudad costera de Paignton, en Devon, Inglaterra, siempre dio lo mejor de sí para que su hijo tuviera una vida normal.
Cierto día notó que tenía una extraña masa en el cuello, por lo cual se acercó inmediatamente al médico para que este lo revisara.
Tras los exámenes, Rose recibió un diagnóstico fatal.
Recibió sin duda la más dolorosa y difícil de asimilar noticia de su vida, su doctor le notificó que tenía cáncer.
Obviamente la preocupación invadió su mente y de inmediato inició un tratamiento de quimioterapia.
Sin embargo, seguir un tratamiento tan delicado como lo es combatir el cáncer y al tiempo cuidar un niño pequeño no es nada fácil.
De manera que su amigo Aaron Crompton, de 24 años, decidió darle la mano y apoyarlo en esa difícil situación pese a que no llevaban mucho de conocerse.
«No había nada más importante para él que Logan. Antes hacía bromas sobre todo, incluso sobre el cáncer. Ya lo había padecido anteriormente y tuvieron que quitarle partes de su lengua».
Su preocupación era el futuro de su hijo
La situación empeoró cuando el tumor de Nick creció y su cáncer se desplazó hacia la zona pulmonar, lo que significaba que ya estaba haciendo metástasis.
El tratamiento tuvo que ser detenido.
Bajo la adversa situación, Rose comenzó a buscar con desespero alguna persona o familia de buen corazón a quien encomendar la vida de su hijo.
Por fortuna, un par de semanas antes de despedirse de este mundo, Nick encontró una hermosa familia que asumiría quedarse con el pequeño de 4 años.
Finalmente, Nick murió a sus 40 años, con la tranquilidad de que su pequeño Logan quedaría en las manos de unas buenas personas.
Dicen que hay personas que viven para sufrir y tal vez Nick fue una de ellas, pues aún en su muerte no terminaban las situaciones adversas.
No había dinero para su funeral
Por fortuna la hermana de Aaron, Amy, abrió una página para recibir donativos y así darle la despedida que se merecía.
Un nuevo comienzo
En la actualidad, Logan vive con su nueva familia en Torquay, un pequeño pueblo en la costa de Inglaterra.
«Nick fue una buena persona y un extraordinario padre para Logan. Muchas personas lo conocían y siempre hablaron bien de él. Sin duda lo extrañaremos».