Jorge Carrascal, un joven de 21 años a quien el fútbol le salvó la vida y hoy en día es una de las estrellas que todos recordarán del Preolímpico Sudamericano Sub 23.
El joven fue entrevistado por el diario El Espectador, a quien entregó su testimonio de vida y contó en detalle de dónde viene y lo que vivió para llegar a River Plate.
El centrocampista colombiano, se ha destacado en el Preolímpico Sudamericano Sub 23 que, para esta ocasión, tiene su sede en Colombia.
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Carrascal es un joven humilde y en su personalidad espontánea refleja el Caribe que corre por sus venas, pero también se refleja en él la compleja situación social que vivió en su barrio.
El 8 colombiano es oriundo de la ciudad de Cartagena, de un barrio donde los lujos y la exclusividad que ofrece la Heroica no existen.
El barrio Escallón Villa fue quien lo vio crecer, en sus calles polvorientas y peligrosas, donde las personas tienen que caminar a cuatro ojos para esquivar el peligro.
Allí pateó sus primeros balones y aprendió a dominar el esférico con la gran habilidad que hoy en día logra demostrar.
En este barrio los arcos se armaban con piedras y los desafíos futbolísticos se hacían con las personas de los barrios vecinos.
Por lo general, según relató Carrascal en su historia, estos encuentros finalizaban en peleas a mano limpia y hasta con navaja entre los equipos.
“Cuando era más niño yo también peleaba, andaba hasta con cuchillos. Mi barrio era muy humilde. Había que defenderse”, contó Jorge al citado medio.
«Muchos de mis amigos ya no están»
Por otro lado, Carrascal asegura que hoy en día muchos de los amigos con los que creció ya no existen, andan robando en la calle o pagando una condena en la cárcel.
Es por eso que Carrascal destaca el gran apoyo que recibió de su familia y de algunas personas que creyeron en él y en su talento, pues de lo contrario, también andaría por ahí robando.
Sus tíos conformaron un equipo de fútbol y la 10 se la entregaron a él como un símbolo de su buen pie para jugar al fútbol.
Un cazatalentos de Millonarios lo vio jugar y supo que había mucho potencial en él. Carrascal viajó a Bogotá, pero a la temporada siguiente su indisciplina le afectó.
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Faltaba a los entrenamientos, llegaba tarde o simplemente de un momento a otro se desaparecía del campo y no se volvía a saber de él.
Así lo contó un integrante del cuerpo de trabajo del entrenador uruguayo Rubén Israel, le contó a AFP.
“Carrascal decía que le daba igual y que faltar al trabajo no significaba nada porque su niñez había sido muy dura”, narró el informante.
Fue entonces cuando decidieron que Carrascal no iba más con el conjunto bogotano, pero desde España llegaría su salvación.
El Sevilla lo fichó en 2016 luego de verlo en el Sudamericano Sub 17 del 2015 y a pesar de que tenía un trauma en su rodilla, creyeron en él.
Carrascal no tuvo un cupo para quedarse en conjunto andaluz, pero fue enviado a una filial donde recayó con su problema de rodilla.
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Marcelo Gallardo recuperó a Jorge Carrascal
Una vez se recuperó, fue enviado al Karpaty Lviv de Ucrania, donde Marcelo Gallardo logró recuperarlo en 2019.
“Cuando lo trajimos sabíamos de su talento, solo que estaba un poco perdido”, aseguró el ‘Muñeco’ Gallardo.
Hoy, Carrascal ha recibido el cariño de la hinchada de River Plate y aunque no es titular en la plantilla de Gallardo, sí ha sumado muchos minutos y se perfila como una promesa del fútbol argentino.
Carrascal cuenta con un fino y potente remate con derecha y una habilidad para gambetear que refleja el carácter que tiene para jugar al fútbol y para afrontar el juego de la vida.
Jorge Carrascal tiene varias metas, pero nunca olvida de dónde viene y lo que ha caminado en la vida.
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Su humildad sigue presente y después de cada partido camina tongoneado, como buen costeño, por los pasillos del estadio, con una maleta de luces de colores y la salsa del buen fútbol. La salsa del gran Frakie Ruíz.