Como regalo de su cumpleaños, Mariela, residente en Argentina, se regaló una liposucción y averiguando se dio cuenta que había una promoción que consistía en sacarle la grasa del abdomen e implantarla en la cola.
El paso a seguir era realizarse los respectivos exámenes y ya, lista para la cirugía. Entró al quirófano sin complicaciones, aparentemente, y salió para su casa al terminar con el procedimiento estético. Al poco tiempo empezó a sentir unos dolores muy fuertes en la parte inferior de su cuerpo.
El médico no respondió a sus llamados, por ello optó por llamar una ambulancia y al llegar los profesionales, perdió la conciencia. Los médicos se percataron de un color verdoso en sus piernas, signos de una infección, según informa el Canal Caracol.
La conclusión médica fue que le había dado un choque séptico y advirtieron que la mujer de 31 años estuvo al borde de la muerte. Para salvarla debían amputarle ambas piernas, un brazo y la otra mano.
Intentando disminuir el precio que debía pagar por salvarle la vida, los médicos le aplicaron un antibiótico que hizo efecto y salvó su cuerpo, salvo la pierna derecha.
10 días después, Mariela despertó en el hospital y fue informada por los médicos sobre la ausencia de la mitad de su pierna derecha.
Mariela inició un proceso judicial en contra del cirujano debido a las graves secuelas que quedaron de la cirugía.
El abogado de la mujer, Gabriel Van Kemenade, afirma que la negligencia del medico fue la causa de la tragedia, pues un día estuvo en consulta, se realizó los exámenes y a la semana siguiente estaba entrando a cirugía.
Además acusan al médico de abuso de su posición como cirujano para hacer que la mujer se realizara un segundo procedimiento que además era de alto riesgo.