La expresión “qué boleta” ha definido de manera general muchas de las generaciones jóvenes de Colombia. Su uso, más allá de ser una mera moda, se ha trasmitido lo suficiente como para considerarlo parte de nuestro dialecto, o parlache. El origen del término está repleto de misterios, falta de información y muchas deducciones. Entonces: ¿de dónde viene “qué boleta”?
Va una mujer con tacones rosados, falda de color amarillo, blusa carmín, balaca de colores y labial negro: una persona muy excéntrica. Dos jóvenes que están reunidos, sentados en algunas gradas mientras conversan, miran a la protagonista de semejante descripción y sonríen. “Huy, mira a esa nena”, invita uno de los jóvenes al otro. “¡Huy! ¡Qué boleta!”
El término es general: lo usan de manera popular en muchas ciudades de Colombia. Principalmente se ha asociado con Bogotá, pero su origen es, ciertamente, un misterio. La búsqueda de etimologías o transformaciones lingüísticas no ha arrojado más que preguntas, pues la RAE sólo lo define de manera genérica, por lo que sólo queda la conjetura de algunas versiones de la comunidad hispanohablante: es decir, lo que se cree que puede ser.
memegenerator.esLo primero que hay que mencionar es que el término es popular en toda Latinoamérica; eso se evidencia en uno de los foros de discusión de terminología más famosos de internet: “WordReference”. Allí comparten sus experiencias con expresiones populares y realizan conclusiones sobre su origen.
Un caso particular es el uso de “sos boleta” en Argentina; que podría ser una semejanza con el “qué boleta” nuestro. Para ellos el término viene de la criminalidad y ha evolucionado desde las experiencias escolares. ¿A qué se refiere esto? Al parecer, lo que en Colombia llamamos “anecdotario” o “tarjeta” para el registro de castigos en los colegios, allá se llama “boleta”. Así entonces, cuando alguien estaba “en la boleta”, era porque había hecho algo malo.
Las circunstancias de la cotidianidad, al parecer, se prestaron para que las personas lo utilizaran de manera general como sinónimo de algo malo: un mal resultado. Los criminales, por alguna circunstancia, quisieron utilizarlo para referirse a “sos hombre muerto”, en una especie de código o mensaje oculto. ¿Qué pasa con el nuestro?
El significado de nuestra expresión se refiere a “algo de mal gusto” o bien “persona que se hace notar en su mal gusto”. ¿Pero de dónde habría podido evolucionar? Pues, al parecer, no estamos muy alejados de la realidad de Argentina. En nuestro país el término “boleta” hace referencia, desde hace bastante tiempo, a un “papel en el que se coacciona, chantajea o amenaza de muerte a alguien”. Esto da a pensar que la evolución del término obedeció a circunstancias similares a Argentina, pero mientras allí se materializó de algo común a algo malo, aquí fue al revés: de algo negativo se materializó en una expresión común.