En la vida solemos encontrarnos con personas que estropean todos nuestros proyectos con su comodidad o con lo que conocemos como “conchudez”.
Son personas que consumen nuestra energía, nuestra paciencia y sin duda, nos dificultan hasta la acción más mínima.
Vanguardia nos cuenta cómo reconocer a estas personas tóxicas para el éxito
Según la psicóloga Marcela Callejas las señales que nos muestran que alguien no solo nos está pidiendo un favor sino que está mostrándonos esa actitud de conchudez son:
«Es evidente que alguien que me pide un favor, no continúa reiterándome lo mismo con discursos aburridores como «ayúdame», «por favor», «dame esa mano», «mira que…». Por lo general las personas conchudas si pudieran se arrodillarían, despertarían lástima, se pondrían en actitud de víctimas, de pobrecitos. Una persona conchuda es aquella que no solo me pide un favor, sino dos y tres al mismo tiempo, que a los cinco minutos llega a pedirme una nueva solicitud sin ningún tipo de pena. Lo peor es que el problema se va afianzando y es probable que se llegue al colmo de los colmos, ver en nuestro escritorio al día siguiente todo el trabajo de él para que lo hagamos».
Por su parte, la psicóloga Irma Socorro Rodríguez nos dice que las cosas que llevan a una persona a ser conchuda son:
«En parte tiene que ver con las pautas de crianza donde al niño se le hizo todo desde pequeño, no hubo responsabilidad, no se le delegaron funciones sino todo se lo hicieron. Por eso cuando llegan a una etapa adulta crecen pensando que el mundo gira en torno a ellos y lo más curioso es que van encontrando espacios, personas, oportunidades, que le aseguren que la vida es fácil».
Es importante entender que este tipo de personas se encuentran en todos los escenarios, colegio, universidad, empresa, e incluso dentro de as relaciones de familia y pareja, por ende, es bueno dejar las pautas claras desde un principio para que no tengas que ir por la vida cargando a nadie que posiblemente alcance más logros que tú y todo sea con tu esfuerzo.