Es muy probable que, en Colombia, la mayoría de las personas asocien el término ‘corrupción’ con algunos personajes de la política nacional. Sin embargo, este es un flagelo que golpea a nuestro país y del que todos somos responsables.
Para nadie es un secreto que muchos colombianos se enorgullecen afirmando que «el vivo vive del bobo» y que cada día idean una manera diferente de «tumbar» al otro para obtener beneficios, bajo el argumento de que en este país «todo vale».
De otro lado, están los ciudadanos «de bien», personas que piensan que con sus acciones no le están haciendo daño a nadie pero que, en realidad, también están desarrollando prácticas de corrupción, contribuyendo al aumento de esta problemática.
Según lo publicado por eltiempo.com, las formas de corrupción ciudadana más comunes en el país, son las siguientes:
1. La ‘rosca’. Dicen que lo malo de la rosca es no estar en ella y, por eso, conseguir un empleo gracias a los ‘amiguismos’, es una de las formas de corrupción más común en nuestro país.
2. Sobornar. Esta práctica es empleada por muchas personas que buscan salir de sus problemas a cambio de dinero. Tratar de ‘transar’ al policía, al guarda de tránsito, al funcionario público, al operario que va a cortar los servicios, a quien sea, con tal de evadir las consecuencias de sus actos.
3. Comprar artículos de contrabando o ‘piratas’. En nuestro país, películas, lociones, ropa y zapatos ‘chiviados’, gafas, relojes y libros, son algunos de los tantos productos que se consiguen de manera ilegal y sin mayor esfuerzo.
4. Retirar las cesantías para gastos diferentes a los estipulados (educación y vivienda), presentando certificados y cotizaciones falsas de remodelación, entre otros.
5. Alterar contadores y medidores o hacer conexiones eléctricas indebidas, son algunos de los ejemplos de una de las más comunes formas de corrupción empleadas en Colombia.
6. No realizar los aportes de la seguridad social, pasando cuentas de cobro a nombre de amigos y conocidos que sí los hacen. Esto, sumado a la evasión de algunas empresas, hace que se pierdan valiosos recursos para el ICBF y el Sena y pone en riesgo a los empleados, dejándolos desprotegidos en su salud y pensión.
7. Evadir el impuesto sobre las ventas, es la práctica común de algunos comerciantes, quienes suelen pactar con los clientes menores precios en los costos por facturar, para no entregar el recibo de pago correspondiente y, de esta manera, no registrar el valor del IVA. La pregunta que le hacen es: ¿Le hago factura?
Está en nuestras manos que esta problemática no siga en ascenso, evitando estas prácticas que algunos justifican diciendo que es «lo que todo el mundo hace».