Fuente: World Trade Centers Association
Colombia es un país supremamente diverso, cada departamento cuenta con su zona rural en mayoría, pero también con grandes ciudades, algunas incluso, premiadas como las más innovadoras del mundo.
Para los colombianos siempre ha sido un dilema el lugar donde se vive mejor, algunos aseguran que nada como la tranquilidad del campo, mientras que otros defienden las comodidades y facilidades que se tienen en una gran ciudad.
Ambos lugares tienen como diríamos sus pros y sus contras, pero para conocerlos mejor, hablaremos de sus particularidades.
La ciudad: la vida en la cuidad es rápida, se maneja un alto grado de contaminación por el hecho de que hay más edificios que árboles, los carros van y vienen por las grandes avenidas en vez de animales y el centenar de personas quitan sin duda el silencio que acompaña al campo.
Las ciudades están divididas por infinidades de barrios, comunas, urbanizaciones y demás que albergan a todo tipo de personas provenientes de distintos cultos, profesiones e incluso, países.
En la ciudad se vive aceleradamente, no hay tiempo a veces de disfrutar todo lo que esta ofrece en el tema de diversión como parques, centros comerciales, centros deportivos, bibliotecas, teatros y demás.
Algo positivo de vivir en las grandes ciudades es que todo puede quedar más cerca, la facilidad para movilizarme en una urgencia por ejemplo, es más adecuada que la del campo.
Sin embrago, la vida en la ciudad es mucho más costosa que en el campo, las comodidades cuestan.
El campo: la vida en el campo es más fresca, relajada, sin tanto corre corre, el aire que se respira regala una calidad de vida mejor, el paisaje no lo componen edificios sino árboles y la gente no es tan diversa como en las ciudades, se podría decir que los pocos vecinos que se tienen son nuestros amigos.
Aunque en el campo no hay grandes superficies comerciales para comprar lo que se necesita, las familias que habitan allí cultivan alimentos que en ocasiones son más sanos.
La vida en el campo es una vida mucho más sencilla, sin lujos ni aceleres, pero se dificulta por la falta de oportunidades educativas y laborales, por lo que la mayoría de sus habitantes migran hacia las grandes ciudades en busca de estas o diseñan estrategias simples para sobrevivir con sus cultivos o con algún arte que como familia puedan trabajar para los pocos habitantes del pueblo.
Se sabe entonces que si lo que se quiere es privacidad, tranquilidad y calidad de vida, el campo es el lugar ideal, mientras que si queremos avanzar profesional y personalmente en el mercado, la ciudad sin duda es nuestro lugar.
En la actualidad, muchas personas optan por vivir de lunes a viernes en las ciudades para poder asistir fácilmente a sus lugares de estudio y trabajo, y los fines de semana viajan hacia pueblos cercanos donde también tienen propiedades, con el fin de desconectarse de su agitada rutina y disfrutar de un espacio más sano y tranquilo.